literature

PMM:RP - Capitulo 2: Ruta de Escape

Deviation Actions

WillChar96's avatar
By
Published:
613 Views

Literature Text

Capítulo 2


Túnel Gravelerroca P1


—¿Una mazmorra misteriosa? ¿Qué es una mazmorra misteriosa?

Manteniendo un firme agarre de la cepa de Saura en una mano, y sosteniendo la cola como una antorcha en la otra, Char sintió que su cabeza daba vueltas con incontables preguntas mientras seguía al Bulbasaur por oscuros corredores que se dividían en incontables caminos alternativos.

Esto es una mazmorra misteriosa —dijo Saura, manteniendo un ojo cauteloso en todas direcciones—. Es un laberinto maldito en donde es muy fácil perderse. Si llegas a perderte... es tu final. Te quedarás aquí para siempre hasta que alguien venga a rescatarte, o... mueres de hambre.

Char sintió un escalofrío de miedo apuñalándole el pecho. Instintivamente se aferró más fuerte a la cepa de Saura, no queriendo separarse.

—¿Maldita? ¿Cómo es que está maldita?

—Nadie sabe realmente qué es lo que lo causa —explicó Saura, haciendo una mueca cuando Char exprimió su cepa—, pero una mazmorra misteriosa nunca permanece igual. Algunos dicen que la maldición te borra las memorias del laberinto cuando sales... Otros dicen que constantemente cambia y se reacomoda sola cuando nadie está mirando, como una anomalía espacial creada por Palkia... Oye, Char, tal vez quieras ayudarme a estar atento. Tenemos que trabajar juntos si queremos salir de este lugar.

—¿Estar atento a qué? —preguntó Char nerviosamente, su preocupación creciendo a cada minuto.

—Tenemos que encontrar la entrada al siguiente piso —dijo Saura—. Es la única forma de salir de aquí.

—¿El siguiente piso? Entonces... ¿Una escalera, o algo?

—Sí. Y tenemos que evitar a los Pokémon salvajes —le advirtió Saura—. Pokémon salvajes viven en mazmorras misteriosas. Si te ven, intentarán defender su territorio de ti a toda costa, sin importar qué tan débil o fuerte seas.

—Espera... ¡¿estás diciendo que podríamos tener que pelear con algunos Pokémon salvajes?! —chilló Char—. ¡No... creo estar listo para esto! ¿No podríamos disuadirlos de pelear con nosotros?

—Pero no puedes razonar con un Pokémon salvaje —dijo Saura—. No pueden hablar, y ni siquiera tienen sentimientos. Todos los Pokémon son así a menos que sean criados y entrenados por alguien más, sea otro Pokémon o un humano. De otra manera, quedan salvajes–

—¡Aaah!

Saura fue interrumpido por un grito repentino de Char, que se había tropezado con nada en particular y se había desplomado al suelo con un ruido sordo. Char sintió una punzada en su aún adolorida cabeza, y también por la vergüenza, mientras se quedaba por un momento en el suelo de la cueva.

—Lo siento... —murmuró—, todavía me estoy acostumbrando a este cuerpo. Creo que solía tener piernas más largas.

—Vaya, seguramente tienes razón —se rio Saura mientras miraba hacia atrás y cuidadosamente ayudaba a Char a levantarse—. Si fueras humano, serías mucho más alto. Sabes, los Pokémon tienen el mismo problema por un tiempo luego de evolucionar. Les lleva algo de tiempo acostumbrarse–¡Oye! ¡Mira!

Mientras ayudaba a Char, algo de una sala cercana captó la atención de Saura. Ahí, en el fondo de una estrecha cámara, había una escalera que conducía hacia arriba a una especie de trampilla. Char entrecerró los ojos para verla en la oscuridad, sosteniendo su cola hacia adelante para iluminar mejor la sala.

—¡Es la escalera! —vitoreó Saura—. Tuvimos suerte y no nos encontramos con ningún enemigo. Rápido, subamos. Esos tipos nos podrían estar siguiendo aún.




Túnel Gravelerroca P2


—Saura, ¿de quién estamos escapando, de todas formas? —demandó Char mientras empezaba a explorar el segundo piso con su nuevo compañero.

—No quería averiguar quiénes eran —dijo simplemente Saura—. Si eran los soldados del Maestro, tenemos que escapar de ellos. Oye, Char... ¿por qué no intentas liderar el camino por un tiempo? Tú eres el que tiene la luz.

—¿Cómo se hacia dónde ir? —preguntó Char, reacio a obedecer.

—Tu conjetura  es tan buena como la mía —dijo Saura—. Solo busca en todos lados la siguiente escalera. Solo... no te sueltes. No quiero terminar separado.

—Está bien, si estás seguro de esto —Char tragó saliva mientras daba un paso al frente de Saura y se volvía el líder de la pequeña e incómoda procesión—. Ahora, ¿quiénes son esos soldados del Maestro de los que sigues hablando, y por qué nos están persiguiendo?

Saura se estremeció del disgusto. Char pensó que incluso sentía la reverberación a través de la cepa que sostenía en la mano—. Son un ejército de... Creo que podrías llamarlos ejecutores de la ley. Trabajan para el Maestro. Están en todos lados en este país.

—¿Y quién es este Maestro?

—Él es el autoproclamado rey de toda la región de Ambera... el lugar en donde nos encontramos ahora.

—Entonces, son como oficiales de policía, supongo —ofreció Char—. En mi mundo, los oficiales de policía son muy buenas personas. Saura... no eres un... criminal, ¿verdad?

—¡No! ¡No es como crees! —declaró Saura, deteniéndose y tirando de Char para que le prestara atención—. Escucha. ¡El Maestro es el tipo malo! Se supone que es nuestro líder, pero todos saben que se apoderó del país solo para sí mismo. Sus soldados hacen cosas horribles. Invaden pueblos, secuestran a la gente, roban... y son Pokémon tan poderosos que nadie puede hacerles frente. No hay nada que podamos hacer. Nos sometemos al Maestro o asumimos las consecuencias.

La cara de Saura se llenó de indignación. Su mirada se fijó en el suelo.

—... Y querían llevarme —dijo silenciosamente.

—¿Llevarte? —repitió Char.

—Sí —gruñó él—. El Maestro quería llevarme. Sus soldados viajan por el país y elijen a Pokémon para que se unan a su ejército o para que sean sus sirvientes personales. Me eligieron... y... solo esta mañana, me dijeron que tenía una semana de preparación para ir con ellos. Y mi familia no hacía nada para ayudarme. ¡Ellos me iban a enviar así nada más con los soldados! Sé... sé que se preocupan por mí, y también sé que solo no quieren tener problemas con el Maestro, pero... ¡no quiero ir! ¡Haré cualquier cosa para no unirme a ellos! ¡Quiero ser un Pokémon libre y hacer las cosas que yo quiero hacer!

—Por eso estamos escapando de ellos —cayó en la cuenta Char, comenzando a entender los sentimientos del Bulbasaur—. ¿Están... viniendo para capturarte?

—Creo que me vieron escapar y me siguieron hasta aquí —dijo Saura—. Char... ¿estás entendiendo todo esto? Si me llevan, ¡tendré que ser su esclavo por el resto de mi vida! ¿Te quedarás conmigo y me ayudarás a escapar de ellos?

—Yo...

—Escucha, —alegó Saura—. Esta noche, recé a Arceus, y creo que me respondió. ¡Creo que te mandó para ayudarme! Eres un humano en el cuerpo de un Pokémon, ¿no es verdad? Y apareciste de la nada en la cueva sin siquiera abrir la entrada. Char, ¡estabas destinado a ayudarme!

Char sabía lo que quería decir, pero no tuvo el valor de responder. Miró a los ojos del Bulbasaur y vio que su corazón realmente se estaba rompiendo con el pensamiento de tener que trabajar para este “Maestro”.

Pero... al mismo tiempo, sabía que no podía olvidarse de su propio dilema.

—Char, ¿me vas a responder? —preguntó Saura tristemente.

Aún incapaz de encontrar las palabras que quería, Char simplemente se quedó contemplando con la mirada vacía a su acompañante.

—¿Char?

¡Estoy pensando!” se dijo a sí mismo en silencio. “¡Hay tanto que asimilar en tan solo un día! ¿Este Bulbasaur quiere que me esconda de la ley e incluso huir de su propia familia? ¿Qué hay de mi propia familia? ¿Tengo una familia? ¿Quién soy, exactamente? Oh, ¡esto hubiera sido mucho más fácil si mis memorias no se hubieran ido! Pero... tal vez él tiene razón. Tal vez estoy aquí por una razón. ¿Arceus? ¿Quién es él? ¿Es un Pokémon? Creo haber escuchado ese nombre antes, pero...

—¡Char! —exclamó Saura, sacándolo de sus pensamientos—. ¡Char! ¡CUIDADO!

Actuando con puro instinto, Char se tiró al suelo del miedo y se cubrió la cabeza... justo a tiempo para oír el sonido de aleteos y chillidos de algún lugar sobre él.

—¡Es un Zubat! —le gritó Saura—. ¡Prepárate!

—¡Aah! —gritó Char, rodando en el suelo para alejarse del atacante.

El Zubat se tiró en picado hacia Saura, haciendo agudos “¡Kii! ¡Kii!” mientras atacaba. Saura liberó rápidamente su cepa del agarre de Char y saltó fuera del alcance del Zubat.
Char se retiró hacia la pared más cercana, su respiración corta y pesada. Sentía que los músculos de su nuevo cuerpo se contraían con pánico.

Saura saltó fuera del camino del Zubat una segunda vez, luego una tercera. Sacó sus cepas como látigos y batalló al atacante. Cuando el Zubat trató de lanzarse a él por cuarta vez, voló de cara hacia una de las cepas y se tambaleó hacia atrás en el aire. Saura empujó su cuerpo hacia adelante, mandando una ráfaga de hojas filosas y giratorias hacia el murciélago. El Zubat fue cortado limpiamente fuera del aire, cayendo lacio al suelo con un “¡Kriiiiii!” final.

—¿Está... muerto? —jadeó Char, sintiendo la sangre volviendo a su cara.

—¿Muerto? Difícilmente —Saura dijo mientras retraía sus cepas—. Solo está noqueado. Se necesita más que eso para matar a un Pokémon.

Volviéndose a poner de pie, Char fue a inspeccionar al Zubat caído. En efecto, solo tenía unos cuantos arañazos rojos sobre su correoso cuerpo, y seguía respirando fuertemente.

—Sabes, podrías ayudar también —dijo Saura burlonamente—. Tienes garras y dientes. No tienes que ser un cobarde.

—¡¿Qué?! ¡Yo no sé pelear! —repuso Char.

—Todos los Pokémon saben cómo pelear —dijo Saura, ofreciéndole su cepa de nuevo—. Está en nuestros instintos. Solo deja que tu instinto de supervivencia tome el control, y lo harás bien. Además, eres más fuerte de lo que crees. Los Charmander no son débiles.

Char dio un último vistazo al Zubat caído mientras doblaban una esquina y continuaban con su exploración de la mazmorra.




Túnel Gravelerroca P3


—¿Ya habías estado antes en una mazmorra misteriosa? —preguntó Char mientras el dúo subía las escaleras al tercer piso—. Pareces saber mucho sobre ellas.

—Una vez —admitió Saura—, pero eso es todo. Cuando era muy pequeño, estaba deambulando por ahí y quedé atrapado dentro de una por dos días. Mis hermanos tuvieron que venir a rescatarme. Nunca olvidaré lo asustado que estaba. Desde ese momento, he intentado aprender sobre las mazmorras en caso de quedar atrapado de nuevo en una. Más tarde, me hice amigo de una Chikorita, y me mostró esta cueva antes de mudarse. Me contó que se vuelve una mazmorra misteriosa pasando la primera caverna. Después de ese momento, he estado viniendo aquí, esperando el coraje para adentrarme en la mazmorra solo.

—Supongo que finalmente conseguiste el coraje —dijo Char con una sonrisa.

—Bueno, sí, ahora que tengo un amigo que viene conmigo, sin mencionar algo para iluminar el camino —replicó Saura, sonriendo de vuelta—. Oye, Char. Nunca respondiste a mi pregunta...

¿Qué pregunta?” se preguntó Char. “Oh...

—Mira, Saura —suspiró Char—, no... lo sé. No tengo... tanta información como para decidir ahora, ¿está bien? Ni siquiera sé si ayudarte a escapar del “Maestro” es lo correcto. Solo no lo sé. No puedo pensar bien en este momento. Todo esto es muy extraño.

—Hagamos un acuerdo —dijo Saura—. Si eres mi amigo y me ayudas a mantenerme lejos de los soldados del Maestro, me quedaré contigo y haré todo lo que pueda para enseñarte como ser un Pokémon.

¿Pero qué si no quiero aprender a ser un Pokémon?” se quejó Char a sí mismo. “¿Qué si quiero volver a ser humano? Pero... esa no parece una opción por ahora, ¿o sí? Pero... ¡no quiero hacer ninguna promesa que no seré capaz de cumplir!

Char examinó cuidadosamente el rostro del Bulbasaur, juzgándolo. Había un brillo de honestidad en sus ojos, y sinceridad en la simple sonrisa que se extendía en su rostro. Saura no le había ocultado nada, y había respondido cada pregunta que él había hecho hasta el momento.

Además, a diferencia de él, Saura no tenía miedo de luchar, y demostraba claramente que era suficientemente fuerte como para defender a los dos.

Bueno, supongo que no tengo opción”, determinó Char. “Lo que más necesito en este momento es un compañero como Saura. Soy un Pokémon ahora, me guste o no, y necesito a alguien que sea mi guía en este nuevo mundo. ¡Además él me cree que soy un humano! ¿Cómo podría pedir algo más?

—¿Y bien? —preguntó Saura ansiosamente.

—Hecho —dijo Char con una sonrisa radiante, extendiendo la mano.

Sin embargo, en lugar del esperado apretón de manos, Saura saltó alegremente hacia adelante y lo derribó.

—¡Ja! ¡Jaja! ¡Sí! —gritó Saura—. ¡Soy oficialmente amigo de un humano! ¡Un humano! ¡Mi sueño de una vida era ser el compañero de un entrenador humano! ¡Pero los humanos viven a cientos de miles de kilómetros de Ambera, así que nunca pensé que vendría este día...!

—Je, je —jadeó Char, tratando incómodamente de resistir el golpe.

... ... ...

Mientras continuaba a través de la mazmorra, Char podía decir que el humor de Saura había cambiado; había ido de actuar deprimido a radiante de alegría. También parecía estar distraído, haciendo más difícil que antes para Char de conseguir una respuesta coherente.

—Tenemos que estar atentos por si hay más Zubat —advirtió Saura—. A ellos les gusta atacar en grupo. Uno es fácil, pero cinco o más podrían acabarnos. Mira el techo también. Podrían estar durmiendo ahí arriba.

—La próxima vez que luchemos con uno, supongo que trataré de luchar —dijo Char—. No te mentiré, Saura, pero soy un cobarde cuando se trata de pelear. Pero, supongo que tengo que empezar en algún punto.

—¡Ese es el espíritu, Char! —exclamó Saura—. Luchar no es tan difícil, tampoco, especialmente si tu oponente es más débil que tú. Y cuando te vuelvas bueno en las peleas, podrás luchar con enemigos más difíciles, y hasta podrás aprender diferentes trucos para ayudarte. Yo practiqué un montón contra Pokémon salvajes este año, ¡y hace solo meses atrás finalmente aprendí a lanzar hojas!

Como no se encontraron con más enemigos, Char sintió su estómago rugir mientras entraban en la cámara de la escalera. En ese momento se dio cuenta de lo famélico que estaba, y la baya aranja que había comido era solo suficiente para calmarlo por poco tiempo. Sin embargo, sintió que no era apropiado quejarse sobre eso a Saura, entonces apretó los dientes y siguió caminando.




Túnel Gravelerroca P4


—Pareces ser bastante bueno luchando —preguntó Char tratando de ignorar el rugido de su estómago—. ¿Crees que esa podría ser la razón de que el Maestro te quiera en su ejército?

—No creo que eso tenga algo que ver con el hecho —dijo Saura desdeñosamente—. Probablemente solo me están eligiendo porque no tienen un Venusaur para agregar a su colección todavía. Pero para ser honesto, yo ni siquiera quiero ser un Venusaur. Quiero quedarme como estoy ahora. ¡Nadie puede forzarme a evolucionar si no lo quiero! Además, no soy tan bueno luchando.

—¡Sí que lo eres! —dijo Char, arrepintiéndose de hacia dónde había guiado la conversación—. Pareces ser hábil... por lo menos contra ese Zubat con el que peleaste.

—Gracias —dijo Saura categóricamente—. Lo aprecio.

Después de caminar un poco más, Saura volvió a hablar.

—Uf... tengo tanta hambre...

—¿Tú también? —dijo Char un poco sorprendido.

—Esa es la otra cosa sobre las mazmorras misteriosas —dijo Saura—. No son solo una anomalía espacial. También son una anomalía temporal. Cuando caminas por una, tu cuerpo se curará solo más rápido de lo normal... pero también te cansarás y tendrás hambre más rápido de lo normal. Por eso es importante para los exploradores llevar mucha comida con ellos cuando van a las mazmorras.

—¿Hemos traído algo de comida? —preguntó Char, sabiendo ya la respuesta—. No te sobraron más de esas bayas, ¿verdad?

—No —dijo Saura con pesar—, pero estaba esperando que encontráramos una o dos por el camino... se dice que a veces, puedes encontrar comida que los Pokémon salvajes han ido acumulando, pero... no hemos encontrado nada.

—Tal vez debamos buscar comida —sugirió Char—. Un poco más, y creo que empezaré a marearme del hambre.

—Sí... pienso lo mismo —dijo Saura—. Mejor estar atentos por si vemos algo de comida.
Char guio a Saura alrededor un poco más, explorando cada rincón que encontraba en aquel laberinto. No había comida a la vista, y el estómago de Char empezó a dolerle realmente.

—Uf... —gimió Saura—. Tal vez me equivoqué. Quizás no estábamos listos para esto después de todo... Tal vez moriremos de hambre... O quizás–

Mientras los dos ingresaban a una sala particularmente grande, Char notó un pequeño grupo de Rattata durmiendo en un pequeño hueco en un costado.

—¡Rattata! —exclamó Saura—. ¡Creo que hablé demasiado pronto! ¡Los Rattata siempre acumulan comida! ¡Han robado de mi montón de bayas tantas veces, que no hay forma que las hayan terminado aún!

—O, solo podríamos comer a los Rattata —murmuró Char.

Ignorando la sugerencia de Char, Saura se adelantó cuidadosamente dentro de la sala en busca de algo para comer. Char lo siguió, moviendo su cola de lado a lado y mirando por toda la habitación si había alguna otra forma de peligro que podrían estar escondidas en las sombras.

La luz de Char tocó algo de interés.

—Char, ayúdame con estas ratas —le instruyó Saura—. Son fáciles de pelear. Podemos derrotarlas si es que tienen algo de comida.

—¡Saura! ¡Mira allí! —siseó Char.

—¡¿Ahora qué?!

Saura se volvió hacia la dirección que Char indicaba, y él también, fue sorprendido por la visión.
Yaciendo cerca de la esquina opuesta de la sala... estaba una manzana. No estaba entera; tenía algunos mordiscos en ella. Parado al lado de la manzana, descansando tranquilamente, estaba un Spearow.

—¡Char, eso podría alimentarnos a los dos! —exclamó Saura sin voz.

—¡¿Qué hace un Spearow aquí dentro de una cueva?! —demandó Char, examinándolo cuidadosamente como su cuerpo subía y bajaba en el lugar—. ¡Es muy oscuro aquí! ¿Cómo podría vivir en una mazmorra como esta?

—¡¿A quién le importa?! —dijo Saura, acercándose a la criatura—. Char. Ve a ver si puedes tomar la manzana.

—¿Por qué yo? —demandó Char—. Tú eres mejor en–

—Porque si el Spearow se despierta... Bueno... no me gusta pelear contra aves. Pero vamos, dijiste que tratarías de luchar, ¿o no? ¡Inténtalo! ¡Apuesto a que podrías derrotarlo!

—¿No podrías usar tus cepas para agarrarla a distancia?

—Char... me asustan las aves. Hacen mucho daño cuando atacan. ¿Podrías hacerlo tú? ¿Por favor?

—Si tú lo dices... pero solo si prometes ayudarme.

—Claro —dijo Saura alentándolo—. ¡Pero hagámoslo ya, estoy realmente hambriento!

Apretando sus garras, Char fue de puntitas hacia el Spearow durmiente. Mientras se acercaba, podía apenas oír el chillido que hacían las fosas nasales del ave cuando respiraba. Se quedó un momento a un metro de la criatura, inspeccionándole los ojos para verifica qué tan cerrados estaban. Saura mantuvo la respiración, pudiendo solo mirar desde lejos y esperar a ver qué pasaría.

Justo cuando Char dio un paso hacia la manzana... tropezó.

—¡Aah! —jadeó sin hacer ruido mientras su cara golpeaba el piso polvoriento. Se encogió, sus ojos cerrados lo más fuerte posible y sus dientes apretándose entre ellos, temeroso y esperando el ataque inevitable. Saura retrocedió y se preparó para atacar, su boca abierta pero sin hacer un solo sonido.

Unos cuantos segundos pasaron. Los dos congelados en su posición, sin moverse o siquiera respirando.

—¡Char! —jadeó Saura finalmente—. ¡Char! ¡Levántate! ¡No se ha despertado aún!

Char abrió los ojos y miró hacia adelante. Sus manos cubrían perfectamente a la manzana, y el Spearow no se había movido.

Dando el más grande suspiro de alivio, Char rodó, se levantó y sostuvo la manzana alto en el aire. Saura rápidamente lo envolvió para ayudarle, y luego le arrebató la manzana de la mano.

—¡Lo lograste! —vitoreó Saura silenciosamente.

—Oye, ¿no consigo algo? —preguntó Char, sacudiéndose.

—¡Claro! La mitad es para ti —dijo Saura, dando un jugoso mordisco a la manzana—. Puf... iuh, está seca. Pero llena el estómago, y eso es lo que importa, supongo.

—Con razón el Spearow no se preocupaba —remarcó Char—. Mira. ¡Sigue dormido como un tronco también!

Luego de haber terminado su mitad, pasó la porción restante. Char se dio cuenta de que su boca, a diferencia de la de Saura, no era tan grande como para comer tan rápido como quería.

A pesar de que ya estaba a la mitad, la manzana parecía bastante grande. Char se preguntó si la manzana era o no de tamaño regular, porque parecía que era más grande con un cuerpo más pequeño de lo que estaba acostumbrado. Eventualmente excavó pasando la piel seca y las marrones magulladuras hasta llegar a la parte más dulce de la fruta, que disfrutó enormemente mientras continuaban con su exploración del piso de la mazmorra.

—Eh... Char... —habló de repente Saura, esquivando la llameante cola para tocar al Charmander en la espalda—. Detente. Creo que ya hemos pasado por aquí antes.

—¿Lo hicimos? —preguntó Char, levantando la mirada de su manzana—. Bueno, eso es simplemente genial. Supongo que estaba muy ocupado comiendo y no estaba prestando atención.

—Está bien, por eso estoy yo aquí —dijo Saura, fijándose en la sala en la que se encontraban—. Pero... a menos que me esté saltando algo, creo que ya estuvimos por todos los corredores de este piso, pero no he visto la escalera en ningún lado.

—¿Qué tal ese? —dijo Char, apuntando con su cola una sala cercana—. No recuerdo haber explorado por ahí. Hacia ahí es donde me dirigía.

—No, ya estuvimos en ese —dijo Saura. Va hacia una cueva grande, luego una pequeña, y de nuevo aquí.

—No, ese era el que está más adelante —dijo Char.

—¿Estás seguro?

—Bueno, ¿por qué no entramos y lo vemos por nosotros–

¡Raaaaaaw!

Un chillido raspante, más grave y más poderoso que el de un Zubat, hizo eco a través del túnel.
Antes de que otra palabra pueda ser dicha, el gritó sonó de nuevo, seguido del sonido de aleteo de poderosas alas.

¡Iiiiiirk! ¡Raaaaaw!

—¡Oh no! —gritó Saura con espanto—. Es–

¡Iiiiiiiiiiiii!

El chillido sonó directamente sobre la cabeza de Char, y una figura rápidamente atacó desde la oscuridad y se lanzó directamente hacia él. Char saltó para atrás del miedo, pero no fue suficiente para eludir al atacante. Alcanzó a ver a su enemigo justo antes de que su visión se volviera estrellas.

Saura gritó cuando el pico del Spearow golpeó a Char y lo derribó al suelo.

¡Iiiiiiiiiiirk!

—¡¡No!! —gritó Saura, corriendo para ayudar a Char.

Pero el Spearow regresó para otro ataque, en picado hacia la temblorosa luz de la cola de Char, y Saura lo esquivó por poco. Recuperando el aliento, miró a su alrededor en pánico y trató de anticipar el siguiente ataque.

Pero entonces, un grito plural descendió de la oscuridad, atemorizando grandemente al corazón de Saura que latía con rapidez.

—¡Char! ¡Hay dos de ellos!

¡Raaaaaaaaaaaw!

Escuchando la advertencia, Char se puso de pie, solo para ver como uno de los Spearow se lanzaba en picado y arrebataba la manzana a medio comer del suelo.

—¡OYE! —le gritó Char al ladrón—. ¡Aún no había terminado con eso!

¡Raaaaaaaaaw!”, le respondió el Spearow.

—¡Char! ¡Ayúdame! —gritó Saura, sus cepas retorciéndose en la casi completa oscuridad, tratando ciegamente de defenderse. El segundo Spearow bajó desde la oscuridad, picoteándolo violentamente y dejando un tajo jugoso a un lado de su cuerpo.

—¡¡AAH!! ¡¡AAU!! —gritó del dolor—. ¡CHAR! ¡Quítamelos! ¡POR FAVOR! ¡CHAR!

Supongo que aquí es donde peleo”, se dijo Char. “Ahora... debo dejar que los instintos de supervivencia tomen el control...

Char se abalanzó hacia adelante, saltando en el aire más alto de lo que creyó que sus piernas eran capaces de propulsarle. Cortó ciegamente el aire con sus garras, esperando defender a Saura del daño lo mejor que pudo. Su ataque final conectó, lanzando al Spearow volando a un lado y llenando el aire con una explosión de plumas sueltas. Pero el segundo Spearow contratacó rápidamente, y un tercer Spearow se lanzó a la ayuda.

—¡CHAR! ¡¡Tenemos que salir de aquí!! —gritó Saura luego de haber visto al tercer pájaro—. ¡Char! ¡Los Spearow! ¡Tenías razón! ¡Deben vivir aquí porque hay una salida cercana! ¡Tenemos que encontrar la salida! ¡Este podría ser el último piso de esta mazmorra! ¡APÚRATE!

¡Raaaaaaaaaw!”, gritó uno de los Spearow mientras se lanzaba para picotear a Saura. Char saltó hacia adelante y cortó, defendiendo a su amigo del impacto una vez más. Los dos tomaron la oportunidad para escapar por el corredor, pero los Spearow los siguieron y se resistieron a rendirse.

—¡Tienes tu estúpida manzana de vuelta! —le gritó Char mientras corría y se cubría la cabeza para protegerse—. ¡Aléjate!

Finalmente, al final del anteriormente inexplorado túnel, había una cámara de salida. Una simple escalera de metal se extendía hacia el techo de la cueva y afuera al mundo exterior. La luz solar matutina brillaba a través del boquete, iluminando suavemente la sombría sala.

Dos Spearow más se pararon entre ellos y la puerta de salida, bien despiertos y preparados para atacar.

—¡CHAR! ¡Corre hacia la salida! —chilló Saura, sus piernas moviéndose lo más rápido que pudo hacerlo.

Pero mientras Char daba un vistazo hacia atrás y veía a los enemigos acercándose hacia él... y hacia adelante, mientras su amigo corría directo hacia los enemigos... una extraña y agitada sensación empezó a apoderarse de él. Una nueva y poderosa clase de deseo llenó su vientre.

Char se dio cuenta de qué estaba ocurriendo: su instinto de supervivencia quería tener incluso más control. Quería apoderarse completamente de sus acciones.

Char vio cómo Saura corría hacia una salida que se encontraba demasiado lejos. Vio a los Spearow picoteándolo, dándole otra dolorosa herida. Vio como cada uno de los movimientos de sus cepas se volvían cada vez más débiles y sin puntería. Escuchó como sus gritos de agonía llenaban el aire. Sintió el ala de un Spearow chocar con su espalda, fallando apenas su objetivo y a cambio apuntando hacia el debilitado Bulbasaur en frente a él.

La sensación de Char se volvió demasiado. Necesitaba ser liberada.

Tomando una gran bocanada de aire, Char dio un poderoso rugido de furia. Pero, en lugar de sonido, una corriente de llamas surgió de sus fauces.

¡¡Vaya!!”, se dio cuenta Char. “¿Puedo exhalar fuego? ¿Me pregunto si lo puedo hacer de nuevo...?

Concentrándose una vez más en la ardiente sensación de su estómago, Char inhaló nuevamente. Apuntó hacia la bandada de Spearow que volaba encima de Saura, y exhaló.
Una columna de fuego, más grande que la anterior, golpeó a los Spearow de frente. Se tambalearon al suelo con sus alas en llamas y las batieron salvajemente para apagarlas.

—¡Gracias! —gritó Saura sobre los chillidos de los caídos Spearow, tratando de apagar las llamas que se habían prendido en las puntas de sus cepas—. ¡En verdad te debo una!

—¡No sabía que podía hacer eso! —respondió Char, corriendo a su lado para ayudarlo—. Ahora, ¡salgamos de aquí! ¡Esos no fueron todos los Spearow!

Char no tuvo que decirlo dos veces. Saura saltó hacia la escalera, Char siguiéndolo de cerca, y los dos subieron y salieron al aire de la temprana mañana.




Pradera Dorada


Era muy temprano–casi las cuatro de la mañana–cuando los dos aventureros escaparon de la mazmorra. Unas pocas estrellas aún brillaban en el cielo aquí y allá, siendo que pronto serían superadas por la inminente luz solar. Char se fijó en la belleza de la naturaleza que lo rodeaba, una extensa llanura cubierta de pasto alto y de color ámbar y moteado con brillantes lagos.

—¡Char! ¡¡Lo logramos!! —gritó Saura con júbilo, derribando a su amigo una segunda vez—. ¡Peleamos a través de una mazmorra misteriosa y salimos vivos! Char, no sabes lo que esto significa para mí. ¡Siempre he querido hacer eso toda mi vida!

Char se rio con él esta vez, compartiendo su alegría y su alivio por haber salido vivos. Luego, se recostaron en el suelo y tomaron un bien merecido descanso, mirando el cielo mientras se llenaba gradualmente de los diferentes colores del amanecer.

—Supongo que perdimos a los soldados —dijo Char, disfrutando del aire fresco del supra mundo en lugar de la húmeda pesadez de la cueva—. Supongo que eres libre.

—Sí, supongo —dijo Saura, su sonrisa esfumándose.

—Bueno, ¿y ahora qué? —preguntó Char, todavía anonadado por su precioso entorno—. Si no puedes ir de vuelta a casa, ¿entonces a dónde quieres ir después?

Ustedes no irán a ningún lado —se oyó una nueva voz a sus espaldas.

Char y Saura se volvieron para ver a otro Pokémon–un Scyther–saltando desde la salida de la mazmorra. Era claro que estaba casi tan cansado y deteriorado como ellos.

Un Sandlash lo seguía de cerca. Ambos rodearon inmediatamente al pasmado dúo, dejándoles sin ruta de escape.

—¡NO! ¡TÚ! —gritó Saura, levantándose de golpe—. ¡TÚ!

—Buena idea tratar de perdernos en esa mazmorra misteriosa, ustedes dos —gruñó el Scyther sarcásticamente.

—Eso no fue agradable —agregó el Sandlash—, especialmente después de todas las mazmorras que ya hemos atravesado ayer, usando nuestros últimos suministros. Estábamos listos para dormir por el resto del día. No estábamos preparados para esa pequeña experiencia.

—¡¡No me iré con ustedes!! —escupió Saura en la cara del Scyther, preparando sus cepas para defenderse. Pero el Scyther respondió nivelando una de sus plateadas cuchillas con la punta de la cepa, como para mostrar que podía cortarla con facilidad. Saura tragó saliva.

—Lo siento si pensaron de otra manera —dijo el Sandlash—, pero me temo que vendrán con nosotros.


Traducido por WillChar96.
Translated by WillChar96.
[[<< Anterior]] - [[Índice]] - [[Siguiente >>]]

En esta pequeña aventura, nace una nueva amistad. ¿Logrará escaparse el duo?


Este fanfic no me pertenece. Solo me encargo de las traducciones y de la publicación de las mismas, con la previa aprobación del autor original.
El autor original es ScytheRider.
Título original: Pokémon Mystery Dungeon: Silver Resistance - Chapter 2: Escape Route
© 2013 - 2024 WillChar96
Comments2
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
OnixTymime's avatar
¡Sí eran Scythe y Shandra después de todo!

Me ha emocionado el viaje de Char y Saura a través de la mazmorra, aparte de los elementos que son del juego, el cómo los adaptó a la historia. Los momentos más adorables fueron cuando Char le dijo a Saura que lo ayudaría, cuando Char se tropieza frente al Spearow, cuando Saura confiesa su fobia a las aves y cuando Char describe el cómo hace para producir fuego.

Pero quien me dejó encantada fue Scythe, con ese simple gesto contra la cepa de Saura hace que lo adore xD